Actualidad, Mercantil, civil y administrativo

Fondo de maniobra de una empresa, un indicador clave en la gestión financiera

asesoría-fiscal

Cualquier propietario de una empresa, ya sea un gran negocio o una pyme, tiene, como uno de los principales quebraderos de cabeza, la falta de liquidez. Un concepto que se refiere a no tener el capital suficiente para hacer frente a todas las deudas contraídas y a los pagos obligatorios. En el caso de los autónomos, trabajando en su domicilio, la preocupación es no poder pagar los gastos necesarios para desarrollar el trabajo, ya sea la luz, materiales u otros aspectos para ofrecer sus servicios.

Pero, si además tenemos empleados a nuestro cargo, entra en juego otro pago que incrementará la preocupación: los salarios. Para no entrar directamente en pánico, vamos a conocer el concepto de fondo de maniobra  y aprenderemos a calcularlo para sostener el nivel de liquidez que necesita nuestra empresa.

El fondo de maniobra, como indica su nombre, se define como la capacidad de una empresa para cumplir con sus pagos y obligaciones a corto plazo con sus activos circulantes. Un fondo de maniobra positivo señala que la sociedad tiene suficientes activos líquidos para cubrir sus deudas a corto plazo, hecho que garantizará la estabilidad financiera.

Cómo calcular el fondo de maniobra

Para calcular el fondo de maniobra disponemos de una fórmula matemática bastante sencilla: activo corriente menos pasivo corriente. Ahora vamos a profundizar en estos conceptos, para detallarlos y definirlos.

  • Activo corriente: también se conoce como líquido o circulante, ya que se trata del activo de una empresa que puede convertirse en dinero en un plazo inferior los 12 meses, es decir, en el corto plazo. Se consideran activos corrientes las inversiones financieras del negocio, el dinero depositado en una determinada cuenta bancaria o las existencias en stock de producto o productos que se comercializan.
  • Pasivo corriente: En su caso, define las obligaciones a corto plazo a cargo de la empresa. Las deudas y obligaciones contraídas que se deben amortizar en menos de 12 meses. También podemos encontrar el nombre de ‘exigible a corto plazo’, para definir este concepto.

Ahora que hemos visto en qué consiste cada uno de ellos, calcular el fondo de maniobra no es una operación demasiado complicada: Fondo de maniobra = activo corriente – pasivo corriente. De esta manera, en el caso de que una empresa ingrese 50.000 euros en activos corrientes y tiene que hacer frente al pago de 20.000 euros en concepto de pasivo corriente, su fondo de maniobra será de 30.000 euros.

Ventajas del Equilibrio Financiero

Para mantener un equilibrio financiero saludable, es fundamental que las «masas patrimoniales» permanezcan en armonía. El objetivo será asegurar que el patrimonio neto y las deudas a largo plazo sean similares o, preferiblemente, ligeramente superiores al valor del activo no corriente.

El equilibrio financiero ofrece una serie de ventajas:

  • Facilita el Pago de Deudas a Corto Plazo: Cuando el patrimonio neto y las deudas a largo plazo son sólidos, la diferencia entre el activo corriente y las deudas a corto plazo será positiva. Esto implica que la empresa tiene recursos para pagar sus obligaciones a corto plazo con los ingresos generados por sus operaciones.
  • Mayor Capacidad de Inversión: Un fondo de maniobra positivo también indica una mayor capacidad para realizar inversiones a largo plazo, lo que puede impulsar el crecimiento de la empresa.
  • Reducción del Riesgo Financiero: Mantener un fondo de maniobra positivo reduce el riesgo financiero y la dependencia de la financiación externa, algo que mejora la solidez financiera de la compañía.
  • Atractivo para inversionistas: Las empresas con un buen equilibrio financiero suelen ser más atractivas para inversores y prestamistas, lo que facilita la obtención de financiación adicional si es necesario.

Fondo de maniobra con valor óptimo

Cuando hablamos del fondo de maniobra, la tendencia es pensar que cuanto más grande sea, mejor situación tendrá la empresa. Sin embargo, esta afirmación no siempre es correcta, porque puede poner en peligro la rentabilidad del negocio, de manera especial en los casos que haya un menor volumen de facturación. La explicación la obtenemos del hecho de que disponer de un amplio fondo de maniobra implica invertir más cantidad de dinero en activos de poca o nula rentabilidad como es la tesorería.

De manera evidente, es necesario e incluso recomendable en el caso de grandes compañías, contar con un fondo de maniobra positivo, ya que funcionará como amortiguador financiero y además evitará situaciones de tensión financiera. Por otra parte, es imposible delimitar el valor óptimo de un fondo de maniobra, como si se tratara de un número fijo y universal.

Todas las empresas son diferentes y, desde luego, no necesitan el mismo margen de maniobra una empresa que venda productos al contado, como puede ocurrir en un comercio local de barrio, que una empresa que se dedique a la investigación de enfermedades raras, con más de 1.000 empleados a los que debe pagar un sueldo mensual. Así, más que de un valor concreto, hablamos de una serie de parámetros que hay que considerar para calcular el fondo de maniobra.

Circunstancias a sopesar en función de cada negocio

Cada empresa, como hemos señalado, tiene que sopesar una serie de circunstancias en función de sus singularidades, que serían las siguientes:

  • El sector en el que opera la empresa.
  • Su ciclo de explotación: el tiempo que transcurre desde que adquiere la materia hasta que la vende, ya transformada, e ingresa el dinero procedente de su venta.
  • La dimensión económica
  • Los plazos medios de cobro y pago.
  • La rotación del activo circulante.

De esta forma, ser consciente del lugar que ocupa nuestra empresa dentro del mercado, así como de sus necesidades y capacidades concretas, nos permitirá determinar cuál es el fondo de maniobra justo en el que estar cómodos. Así podremos afrontar todos los pagos a corto plazo sin estar reservando dinero de más. Esta información también es útil para anticiparnos a imprevistos que podrían desequilibrar nuestras cuentas o pedir financiación externa antes de que la empresa se encuentre en una verdadera situación económica de no retorno.

¿Cómo podemos mejorar el fondo de maniobra de una empresa?

Para lograrlo podemos llevar a cabo una serie de acciones:

Optimización de los Activos Corrientes: Para incrementar el fondo de maniobra, es fundamental optimizar los activos corrientes. Este lleva implícito una gestión eficiente de cuentas por cobrar, inventarios y cuentas corrientes. Para ello podemos emplear varias estrategias:

  • Reducción de los Días de Cuentas por Cobrar: Podemos realizar un seguimiento eficiente de las cuentas por cobrar y establecer políticas claras de crédito para reducir el tiempo que lleva cobrar a los clientes.
  • Gestión de inventarios: Evitar excesos de inventario y minimizar obsoletos puede liberar efectivo que se puede destinar a otras necesidades.

Control de los Pasivos Corrientes: Además, es fundamental gestionar de forma adecuada los pasivos corrientes, que incluyen:

  • Negociación de Plazos con Proveedores: Buscar acuerdos con proveedores para extender los plazos de pago puede ayudar a posponer las obligaciones financieras a corto plazo.
  • Refinanciación de Deudas a Corto Plazo: Si es posible, buscar opciones para refinanciar deudas a corto plazo en deudas a largo plazo para reducir la presión sobre el fondo de maniobra.

Patrimonio Neto y Flujo de Efectivo

Aumento del Patrimonio Neto: Una forma sólida de mejorar el fondo de maniobra es inyectar capital adicional en la empresa a través de inversiones de los socios y accionistas. Esto aumenta el patrimonio neto y proporciona un colchón financiero adicional. Además, reinvertir los beneficios no distribuidos también contribuye a fortalecer el patrimonio neto.

Generación de Flujo de Efectivo: Aumentar la generación de efectivo es fundamental para mejorar el fondo de maniobra. Esto se logra mediante un aumento de las ventas, una gestión eficiente de costos y una mayor rentabilidad. Algunas estrategias para generar más efectivo incluyen:

  • Mejora de la Eficiencia Operativa: Optimizar los procesos y reducir costos operativos puede aumentar la rentabilidad y el flujo de efectivo.
  • Incremento de las Ventas: Explorar nuevas oportunidades de mercado, mejorar la estrategia de ventas y retener a los clientes existentes puede impulsar los ingresos.
  • Gestión de Tesorería: Una gestión eficiente de la tesorería es crucial para garantizar que los recursos estén disponibles cuando sea necesario.

Otras formas de mejorarlo

Planificación Financiera: La planificación financiera a corto y largo plazo es esencial. Esto implica la elaboración de presupuestos, proyecciones financieras y escenarios de flujo de efectivo para anticipar y gestionar eficazmente las necesidades financieras.

Monitoreo Continuo: El fondo de maniobra no es un indicador estático y debe ser monitoreado de manera constante. Esto permite identificar problemas financieros antes de que se conviertan en crisis y tomar medidas oportunas.

Como conclusión, cabe señalar que el fondo de maniobra es un indicador crucial para evaluar la salud financiera de una empresa y su capacidad para cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Los empresarios y directores financieros deben prestar una atención constante al fondo de maniobra y tomar medidas para mantenerlo en un estado saludable. Pueden ponerse en contacto con Actium Consulting si tienen cualquier duda sobre el fondo de maniobra o la gestión financiera de su empresa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.